De repente una siente que el mundo se apaga, seguido de un vacio indescriptible en el estomago, sudoración invisible y fria, un hueco en los sentidos, una fuga de emociones notoria, acelerado palpitar (que recalca que no te has muerto).
Seguís ahí, bueno, al menos te ves ahí, una no sabe si siente o no, una sabe que pasó, que debe reaccionar, piensa en microsegundos, el tiempo es nada y las palabras, claves. Cualquier tendencia a la desesperación es mera coincidencia. Cabeza en alto, mirada perdida, canibalismo imaginarios de mis propias viceras, sumado a esto, el centenar de versiones recreadas en repetición continúa.
Continuando con imágenes que acechan, que evitan cualquier recuperación, canciones, personas, preguntas, lugares... con el peso de dar respuestas e ignorar recuerdos, (al menos por un tiempo estratégico).
Definitivamente necesitas un respiro, una imagen distinta de sí, nueva y mejorada, un instante de dolor, calor humano, sentir la lluvia, activar el sistema que por un momento estuvo paralizado, detenerte y pensar en un sistema de respaldo, que te recuerde siempre quien sos y a donde vas.
Por que no somos islas, recuerda, a esas personas que cuidan de ti cuando sientes q no quedo nada de ti, que te llaman solo por que si, y te son felices contigo y por ti, mantenlas cerca,no hay mejor sistema de respaldo que los buenos amigos.
kinka
